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Por qué sin la familia...

no deberías de lanzarte en la construcción de un barco.

Introducir esta cuestión como una variable más del proyecto no es aconsejable.

El resultado puede ser inesperado y probablemente catastrófico. Sin la ayuda, o como mínimo la complicidad, de nuestro entorno inmediato con el proyecto, al menos en esta faceta, fracasará.

La pasión por el mar y por los barcos, y no digamos ya por la construcción naval, a menudo deja fríos a propios y extraños.

Por eso vale la pena, antes de lanzarse, explicar en profundidad el alcance del proyecto, tanto en el aspecto de dedicación como en lo económico.

Descontando el tiempo dedicado al trabajo remunerado (hay que seguir pagando las facturas) y el tiempo dedicado al sueño reparador, el que queda habrá de repartirse entre la dedicación a la familia y al proyecto.

El proyecto será más gratificante si todo el mundo está implicado en mayor o menor medida y aquí valdría la pena hacerse un par de preguntas.

Quién no ha oido más de una vez:

A mi mujer no le gusta el mar o mis hijos prefieren jugar con sus amigos.

Catamarán con tobogán incluído
Catamarán con tobogán incluído

Tal vez no sea necesario construir un barco como este de la foto para complacer a los hijos y amigos. Pero sí vale la pena pensar en lo que puede hacer más atractiva la navegación para los niños y adolescentes. Aunque a ellos, a según que edad, puede que lo que más les pueda interesar sea fondear en una discoteca.

Quizás no nos hemos parado a pensar que disputar regatas con o contra nuestros amigos y conocidos, beber cervezas en el bar del puerto contando batallitas y navegar entre "tíos" no ayuda. Solo entretiene al egoista que solemos llevar dentro.

Navegar con buen ambiente
Navegar con buen ambiente

Navegar con los amigos de nuestros hijos en etapas cortas, bucear, nadar, dejarles tomar iniciativas, hacer paradas largas para que puedan hacer amigos (sobre todo a los adolescentes), seguro que ayudaría a que los niños viesen la navegación con otros ojos.

En cuanto a que a mi mujer no le gusta la navegación, basta con ponerse en la bocana de cualquier puerto para encontrar un inicio de explicación.

Él, a la caña, ella a proa con el bichero en la mano para obedecer las instrucciones, en general salidas de tono o poco consideradas, del "patrón".

Qué tal si probamos al revés?

Quién friega, quién hace la comida, quién se ocupa de los niños?

Sin embargo no costaría mucho imaginar quién lleva el diario de abordo, quién calcula el rumbo o decide los asuntos de navegación...

Por cierto, en la construcción, quién toma las decisiones en cuanto al modelo de barco, su disposición interior, la decoración, etc?

Si no reconsideramos algunas de estas cosas, malo...

Por cierto. Es bastante sencillo localizar un barco similar y alquilarlo. Llevar a la familia y hacer una salida de prueba no sería mala idea. Luego la decisión será más fácil de tomar de manera "colegiada".


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